La fotografía corporativa requiere un amplia visión global. Hay que entender el panorama completo de la empresa, para luego visualizar y crear su imagen final. La planificación de las imágenes se evalúa siempre juntos con el cliente.
Cada foto tiene que comunicar un estilo coherente con el todo. Los valores de la empresa salen reflejados cuando el resultado final transmite armonía.
